13-4-2021
V.J. Los Arcos Ayape
Se da como un hecho que, en un informe próximo, la Secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, no considerará al yuan chino como una moneda manipulada artificialmente hacia la baja por Beijing con el propósito de elevar su competitividad comercial. Uno de los puntos comunes, entre no pocos otros, de las administraciones de Barack Hussein Obama y Donald John Trump fue, precisamente, considerar que sí lo era; en este sentido, la tensión Beijing Washington fue casi permanente.
No se cree que la perspectiva comercial vaya a cambiar con la actitud de Yellen; si acaso pondrá un poco de calma en las tensiones políticas entre los dos principales colosos económicos del mundo que seguramente durará por poco tiempo. El envío de 25 supersónicos de combate, hoy, a una base próxima a Taiwan no hace sino confirmar una escalada militar del régimen de Xi Jinping, envalentonada por la inacciòn accidental ante los excesos de Beijing sobre Hong Kong.
Los temores de la administraciòn Biden-Harris respecto a China no vienen por el lado comercial, ni el tecnológico, ni tampoco el ortodoxamente monetario, sino por una posible combinación de una base tecnológica china no puntera, a pesar de la parte no visible de Huawei, pero sí suficiente para el propósito, con la creación y uso de criptomonedas transables en yuans, en lugar de dólares estadounidenses.
Por si Biden y Yellen tenían ya pocos dolores de cabeza con las criptomonedas. el Bitcoin, que cotizado en el Nasdaq, la plataforma bursátil especializada en tecnológicas, amaneció hoy en US$ 57.780 por unidad, se disparó esta mañana hasta un nuevo histórico de US$ 62.000, dándose como explicación el debut de Coinbase, la mayor negociadora de criptomonedas en USA.
El subidón de hoy podrá ser explicado con Coinbase, el de días pasados y el de días por venir, por movimientos de Elon Musk (gran trepador en la última lista de millardarios (billionaires) de “Forbes”) o cualquier otro especulador. Especulación, especulación y más especulación… es lo que sostiene al “bitcoin” y unas cuantas criptomonedas de escaso pelaje, cuando no es la corrupción pura y simple del narcotráfico y saqueo de arcas públicas, como el “petro” del narcorégimen de Nicolás Maduro.
La última pifia de la plataforma SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) dio lugar a una revisión profunda de sus parámetros de seguridad, pero igualmente a la apreciación de la tecnología Blockchain, aplicable a las criptomonedas y comunicaciones P2P (peer-to-peer); es decir, fuera de control de curiosos, competidores y… hasta fuera de la autoridad.
La ausencia de autoridad es, sin duda, el marco ideal para la especulación; es por ello que uno de los objetivos del especulador es ubicarse en la proximidad de la autoridad, para erosionarla o limitarla desde esa proximidad. Esa pudiera ser la razón por la cual los asesores de Biden le aconsejaban durante la campaña un control sobre las criptomonedas.
Ahora cuando es presidente, Biden muestra tibieza, aunque no ignorancia de que si en China están considerando la creación de una criptomoneda (o más) cotizable en yuans, es porque hay capacidad tanto de control como, si fuere preciso, de manipulación. Ya existe una criptomodeda en yuans, bautizada Bityuan, controlada por Coinbase, pero el régimen de Xi quiere control del yuan bajo la forma que sea. Es la razón por la cual los estrategas han logrado de que, al menos, Biden haya dispuesto un observatorio de los movimientos chinos en cuanto a criptomonedas. Ya se verá. (VJLA)