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  • V.J. Los Arcos Ayape

¿Hasta cuándo?


10-4-2021

V.J. Los Arcos Ayape


La economía de Estados Unidos generó en Marzo 916.000 puestos de trabajo, bajando la tasa de desempleo a 6,0%; lideran en la recuperación los sectores de ocio, hospitalidad, educación pública y privada y educación. Se avanza hacia el regreso de la tasa de “pleno empleo”, un concepto variable que oscila entre 3% y 5%. Los comportamientos de Barak Hussein Obama frente a la debacle financiera de 2007, fundamentalmente respetados por Donald John Trump hasta el mazazo del COVID-19, se lograron y mantuvieron en ese rango. La perspectiva indica que el 6% seguirá bajando; la pregunta es ¿hasta cuando?


Casi en simultáneo al Departamento del Trabajo, la revista “Forbes” publica la lista de millardarios (billionaires) 2021, por un lado muy escandalosa y por el otro muy didáctica, en tanto que muestra con claridad que los trabajadores que fueron despedidos por el COVID-19 han ido incorporándose a las filas del empleo para engrosar las cifras de las grandes fortunas.; la pregunta es ¿hasta cuándo?


Hace un mes, la administración Biden-Harris logró la aprobación de un “plan de rescate” por US$ 1,9 billones (trillions), imponiéndose sobre la bancada republicana de Trump, quien a su vez ya había aprobado y ejecutado bajo su mandato un plan similar por US$ 900 millardos (billions), incluidos, en ambos planes, cheques “de estímulo” personales por US$ 1.400. Una gran parte de todo este dinero, manejado por cualquiera de las dos administraciones, irá a engrosar las cuentas de los billionaires de “Forbes”, encabezada por el superadversario de Trump, Jeff Bezos, el jefe de Amazon; la pregunta es ¿hasta cuándo?


El plan de rescate de la Unión Europea (UE) es, ciertamente, distinto al de USA; distinto y de aplicación mucho más compleja, lo que de por sí hace su puesta en marcha, ejecución y efectos mucho más lentos que el estadounidense. Ambos, sin embargo, tienen un elemento en común: en el fondo, son inflacionarios. ¿O no es acaso una advertencia elemental de las escuelas de Economía, cuando se trata de explicar el efecto pernicioso de un exceso de dinero, sobre todo cuando los bienes son escasos?


Más pernicioso aún es cuando esta situación se genera en un ambiente donde concurren bienes o servicios escasos y desempleo o empleo precario Es la pescadilla mordiéndose la cola; no se produce porque los compradores no tienen trabajo y no se compra porque no hay producto. El dinero fácil que, durante varios años, han venido facilitando el Banco Central Europeo (BCE) y la US Federal Reserve (Fed) ha beneficiado en forma muy desigual a los actores económicos.


Sin entrar aún en los efectos a mediano y largo plazo que acarrea el reciente incidente del “Ever Given” en el Canal de Suez, la pandemia ha complicado aún mucho más las cosas, incluso a niveles distorsionantes en ciertas áreas de la producción, trabajo y consumo. Mientras, en términos generales, las empresas han reducido tanto los niveles de producción y empleo, no son pocas las economías en las cuales los consumidores que conservaron sus trabajos aumentaron sus niveles de ahorro, pero también modificaron estilos de consumo que llegan a explicar el crecimiento de las grandes fortunas de “Forbes”.


Hoy por hoy, la estructura socioeconómica de la Humanidad no existe ni en la idílica forma de cebolla de la socialdemocracia, con pocos privilegiados en la cúspide, abultamiento en el centro y pocos marginados en la base. Tampoco existe en la forma piramidal que va de la cúspide a una ancha base, en forma progresiva. Lo que se está perfilando y esto es válido también para China, cuyo Comité Central del Partido Comunista de China aloja a más de veinte millardarios, así como la Rusia del pícaro Vladimir Putin, una casi perpendicularidad entre la cúspide y una base más ancha cada día que pasa.


Los países europeos esperan las concreciones finales del paquete de ayuda comunitario; todos los gobiernos de la UE esperan por la disposición real de la porción que le corresponda, pero muy pocos -quizás ninguno- se ha detenido en acumular los compromisos que ello conlleva con los correspondientes a la deuda pública y los ajustes inevitables que ello implica; ¿hasta cuándo ignorar esta circunstancia cuando gobiernos, y estamentos políticos, empresariales y sindicales se muestran tan egoístas como inmaduros?; ¿o quizás también conscientemente insensibles?


Por decepcionantes, ni Washington, ni Bruselas, ni Beijing, ni Moscú sirven como ejemplo… y Abu Dhabi, mucho menos. ¿De qué sirve que BMW (incluida la emblemática filial Rolls Royce) haya vendido 230.000 autos de lujo en el mejor trimestre de toda su historia, la mayor parte en esos mercados, si las sociedades en las cuales se alojan no les piden, aunque sea como un gesto de relaciones públicas, unos pocos millones de vacunas para combatir la pandemia en los países más desasistidos? (VJLA)

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